6 de junio de 2008

Cuando la estabilidad se convierte en conformismo

Bueno… Hoy concluyo el fin del inicio, hoy es el cierre del primer trimestre de trabajo en mi empresa, un trimestre donde entreviste por primera vez, contrate por primera vez y despedí por primera vez, mi moralidad perdió la virginidad.

Entendí que la gente pide agritos un líder, entendí que un líder no es el que da las órdenes, un gran líder es el capitán con la capacidad de dirigir su embarcación por que el ya ha naufragado, ha vivido las tormentas y conoce las buenas mareas.

Aprendí que los genios tienen que saber organizar sus ideas, aprendí que cuando eres emprendedor no debes esperar a encontrar la solución en los demás, la verdad esta escondida en ti mismo y tu convicción y seguridad tendrás que transmitirla a tu equipo.

Y concluí que nunca podré conformarme con la estabilidad laborar, la entrada de este post esta dedicada a una compañera de piso del edificio, que se cruzo conmigo hoy cuando bajaba con mi empresa en ocho cajas por el ascensor… Se ha sorprendido al verme mudándome, le cuento que los gastos no dan para costear un inmueble tan glamoroso como ese, a lo que ella responde con un “Dímelo a mí, también lo intente cuando termine la universidad, no pude con los gastos y cantidad de problemas de independizarme, ahora tengo un salario que me llega siempre con seguridad desde hace mas seis años”, esas palabras fueron suficientes para construir en mi una gran riza sarcástica que termine tragándome, se abre el ascensor, ella sale por el hall del edificio muy sutilmente mientras yo miro las ocho casas que tendré que llevar hasta el carro, mientras pienso en como la estabilidad se convierte en conformismo para la mayoría de la humanidad.


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que
pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
Benjamin Franklin

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