Como niño en bicicleta que tropieza en medio de una gran avenida debe ser el gran emprendedor del tercer mundo. Es que es vivir o morir, emprender o fracasar… Así de simple; ni más, ni menos.
A diferencia que un gran ángel cuida del niño mientras inversionistas ángeles faltan para los grandes emprendedores.
No importa si seas niño o si eres emprendedor, siempre ten en mente tu gran sed de vida… sed de ganador y en medio de la caída siempre la frente en alto mirando el otro lado de la calle o tu convicción de ganador.
Y esta vez la zancadilla fue por dinero…
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